Escucha tu silencio, bonita frase que nos invita a la reflexión sin ruido. A frenar nuestro ego para que no permita la respuesta fácil, esa que damos al volvernos protagonistas del diálogo y que nadie nos pide.
Cada día, en ese silencio, cuesta menos escuchar. Esa escucha activa que incita a soltar y volvernos confidentes. Solo es cuestión de práctica, de estar pendientes de las necesidades del prójimo y silenciar el ruido que mete nuestro ego.
No está todo perdido, quizás un poco dejado de lado, pero aún quedan personas que miran con el corazón. Tenemos que agudizar el oído y que los susurros lleguen con fuerza, que las palabras fluyan y no se queden varadas en el pensamiento negativo.
Estar encerrados en falsas creencias, seguir siempre el mismo camino, ser poseedores de la verdad absoluta, negar el cambio y mil cosas más nos encierran en nosotros mismos, nos hacen esclavos del ego.
Escucha tu silencio de forma activa y sentirás lo que necesitas para crearte un mundo nuevo. Abandona la obligación que tu ego incita a ejercer una y otra vez en tus actos y serás libre. El cambio solo es posible si se es consciente de que se desea.
Todo está medido, calculado y conectado para que la evolución aparezca en el momento preciso. Todos tenemos el derecho y el deber de crecer como seres humanos, cómo y cuándo hacerlo, es decisión nuestra solamente.
Generamos las consecuencias de nuestros actos por el afán de protagonismo, eso nos pone en un continuo estado de ruido que no nos permite escuchar lo que el corazón grita, permanece en silencio y escucha, simple y efectivo.
Libera tu ruido, despega de tu mente todos los pensamientos negativos, analiza cada uno, asimílalos y bórralos sin contemplaciones porque tenerlos guardados solo hace que los tengas en cuenta y no merece la pena conservar nada que no sume.